miércoles, 28 de febrero de 2007

NUTRICIÓN: a) glúcidos


Los carbohidratos constituyen el 70/80% de las calorías consumidas en el mundo. Hasta hace 100 años se consumían los cereales enteros, con su cutícula, que favorece su digestión, aumenta de volumen al hidratarse en el estómago e induce sensación de saciedad habiendo tomado una dosis mucho menor, además de que reduce la velocidad de absorción evitando la brusca subida de glucosa en sangre.
El primero en advertirlo fué Dennis P. Burkitt, quien en su libro de 1975 sobre la fibra describió con apabullantes datos epidemiológicos que, a medida que se introducían los carbohidratos refinados (harina blanca y azúcares) las poblaciones africanas entraban en una terrible dinámica de arterioesclerosis, hipertensión, diabetes, infartos... Definió el refinado como la peor plaga de la humanidad, causantes de más muertes y enfermedades que cualquier otro agente conocido.
Burkitt demuestra con datos antropométricos históricos (fósiles, tumbas antiguas...) que, la obesidad afectaba como máximo al 1% de la población, lo mismo que los animales cuando mantienen una alimentación a la que su cuerpo se ha acostumbrado. Sólo existen animales obesos en contacto con el hombre, no en su medio natural. Y por contra, el sobrepeso en todas las culturas, civilizaciones y estratos sociales se asocia a salud y felicidad.
Muy diferente es, cuando en los años 1950, empezaron a alimentar a los niños con papillas de cereales refinados (¡ah!, la publicidad...). Estos niños, allá por los 70, empezaron a cultivar las curvas, y misteriosamente, conforme se generalizó, la moda dióse por lo contrario, para incordiar. Aproximadamente en 1975 las modelos de ropa redujeron unas 3 tallas de ropa y aumentaron 10cm de estatura; el resultado: iconos imposibles. No sé de quién partió la idea, pero hizo negocio a costa del prójimo, como de costumbre.
Luego conocí a mi amigo Michele Montignac. A partir de algunos datos muy simples, su famoso libro "Comer para adelgazar" supuso una importante revolución. Se inventa lo que le interesa de la endocrinología, no aporta ningún dato fiable, todo son teorías, pero es evidente que al público general le "toca la fibra" y se reconvierte a la alimentación integral. No te molestes en leer ninguna de sus publicaciones posteriores, son vueltas a lo mismo. Tampoco tiene ninguna base las combinaciones que propone lípidos-prótidos-glúcidos, aunqeu ya nadie se acuerda de eso.
Por fin, Jose Antonio Campillo publica hace pocos años "El mono obeso", describiendo ya mecanismos mejor estudiados, define el síndrome metabólico, y emite muchas teorías sin comprobación, pero por lo menos ya define con criterios más médicos el problema, que es el de siempre: somos imbéciles y no tenemos remedio. Nos convencen de que está mas rico y que seremos más felices si lo consumimos, cuando lo correcto es escuchar a nuestro cuerpo (¡Ojo!: espero definir el placer ascendente, procedente del cuerpo, somático, y el descendente emanado de las emociones, del espíritu. Adivina cuál hay que manejar con mucho cuidado por apoderarse de la mente, y cuál hay que esforzarse mucho en disfrutar, sublime...)
Y, aunque nadie se lo crea ni está descrito, mantengo lo que muy pocos decimos: El consumo de azúcares y almidones refinados también se acompaña de trastornos de comportamiento, dificulta la atención, la memoria, la comunicación... Cuando viene un niño perdido de caries (por dulces) y que no me escucha, que parece ausente, procuro hacer un control de dieta (lo aprendemos los dentistas durante la carrera, suprimir dulces de la dieta diaria) en el que procuro meter las pastas alimenticias. Si además consigo que el niño deje de ver la tele, en uno o dos meses tengo delante a un chaval que atiende, me escucha y me suele hacer caso. Desengancharse de refinados supone generalmente una importante mejora en su vida. Merece la pena.

domingo, 25 de febrero de 2007

Altos vuelos


La juventud está que lo tira. No existe nada que no puedan hacer, con tal de que se lo propongan. Por primera vez en la historia, el 80 ó 90% de los sueños normales de cualquier persona están al alcance de casi todos. Por mucho que se quejen los mileuristas y demás, con tal de estar quietecito, no incordiar mucho y hacer más o menos lo que te manden, cualquiera puede disfrutar de la vida sin problemas.
¿Estamos preparados para carecer de sueños? Posiblemente muchos de los males de hoy en día se derivan de esta falta de ilusiones o de esfuerzo: enfermedades del alma, hastío en la vida, desinterés por el entorno, por nuestros semejantes, egoísmo exacervado... Como dice Punset, la felicidad está en el camino de la felicidad. Si andamos sobrados de todo, ¿cómo vamos a tener ilusión por nada?
Pues es muy fácil. Sueña, como nosotros de pequeñitos, en mejorar el mundo. Lo que pasa es que para nosotros era un juego, pero resulta que hay quien lo hace. No hay demasiada diferencia en cuanto a capacidades personales, pero sí en cuanto a voluntades.
Algún día me leeré El Quijote, cuando esté preparado para ello. Mientras tanto, me conformo con citas al vuelo.:"Ladran, Sancho, lo que quiere decir que, ¡cabalgamos!"

sábado, 17 de febrero de 2007

Santa Apolonia


Patrona de los dentistas, porque a quien sea se le ocurrió romperle sus bonitos dientes a pedradas (además de otras cosas que no vienen al caso) y todo por negarse a complacer carnalmente al tirano de turno (eso es lo que dice el martirilogio).
Mucho antes de eso existirían muchas otras santas en situaciones mas o menos parecidas y muchos otros santos han pasado sin cronistas y muchos otros están viviendo (a veces hace falta más valor para vivir que para morir) en este momento en tantos sitios del mundo, que abruma. Homo homini lupus (leo en la wikipedia que es de Plauto).
Por cierto. En los buscadores, en muy poco tiempo, la wiki se ha situado en un lugar preferente ante cualquier búsqueda. Es un paso más para la democratización del saber, asambleario popular.
Que dure.

domingo, 11 de febrero de 2007

¡Vivan los toros!


Los animales poseen conciencia. En un grado muy reducido, pero tienen sentimientos, deseos, emociones... Es impropio hablar pues de Derechos que nos arrogamos los Humanos, puesto que deben tenerlo todas aquellas cosas por el mero hecho de existir, en especial, aquellas poseedoras de vida, los seres vivos, aunque en su justa medida.
Los animales han sido desposeídos de su entorno natural. Nos sirven, nos nutren, hacen compañía, contribuyen al equilibrio natural, son indispensables en el mundo. Viven y mueren en condiciones absolutamente indignas, encerrados sin andar, sin ver el sol, alimentados por máquinas automáticas y a menudo con despojos de otros animales que nunca han sido su fuente de alimento, con el fin de aumentar la producción, manipulados químicamente, genéticamente, con incontables aditivos hormonales, se les contempla únicamente como una fuente de producción económica. Durante toda su vida y su muerte, sufren abandono y miseria moral, y no son queridos, no se sienten apreciados por nadie. Yo tampoco sería capaz de ser feliz conviviendo con una persona a la que yo tratase de esa manera, y sospecho que los alimentos procedentes de estos seres no son adecuados para nosotros, y nos producen enfermedades, sobre todo consumidos en exceso.
La producción de proteínas de origen animal que se consume en gran exceso en nuestro modo de vida, supone un costo natural muy elevado, para lo cual es necesario esquilmar multitud de recursos naturales con el único fin de ser consumidos por el hombre. Probablemente bastaría con una pequeña parte de ellas, y más si recurrimos a proteínas vegetales, entre 10 y 20 veces más fáciles, baratas y ecológicas de producir.
Desgraciadamente en España, es casi imposible ver animales en libertad, cosa que yo, con mis 50 años, me acuerdo todavía que era relativamente normal en mi infancia, en los montes. Hemos destruido prácticamente todo el hábitat natural que nos rodea, con el fin de explotarlo en nuestro insano beneficio y disfrute.
Los toros de lidia, sin embargo, viven en entera libertad, en su entorno natural, durante un periodo prolongado de sus vidas. Viven con su familia, amigos, conocidos... Son cuidados, mimados, por personas que les aprecian, les quieren, les admiran, les entienden, y, llegada su hora, se enfrentan a su propio destino.
Es cierto que hemos hecho de ello un espectáculo, pero además de espectáculo, tiene cierto arte, muy ancestral, poco comprendido, pero mal que no me guste, tiene grandes y numerosos seguidores. Junto con el toro y el torero, viven el Pasodoble, la música taurina, el Flamenco, las tonadilleras, el vino “fino” de Jerez, la “manzanilla”, la guitarra, la poesía, la literatura, la épica y la lírica, las fiestas de los pueblos, las revistas del corazón... Las dehesas, hábitat del toro de lidia, es un sistema de explotación de la naturaleza perfectamente compatible con ella, equilibrado, capaz de pervivir milenios, en comparación con la agricultura intensiva que consideramos “normal”, que agota y destruye los suelos, los inutiliza para el cultivo, desertiza, en apenas un siglo o dos. También comporta el sostén de otros animales, entre ellos, los caballos, y permite convivir con los toros a muchas otras especies salvajes, que viven también en equilibrio con el ecosistema. De ello vive y disfruta mucha gente, es un sector económico muy importante en España, además de que constituye un motivo turístico importantísimo, la primera fuente de divisas de nuestro país, y una seña de identidad imborrable, conocida en absolutamente todo el mundo.
El toro de lidia es una especie muy antigua, descendiente directo del “Uro”, con un patrimonio genético valiosísimo, además de que ha sobrevivido a incontables plagas naturales, está perfectamente preparado para la supervivencia. Si desaparece la fiesta, se extinguirá.
Si no le gustan los toros, a mí poco, aunque a veces voy, sobre todo si me invitan. No vaya y déjelos en paz, o procure que no sufran innecesariamente, afíliese al PETA o a cualquier otra ONG u ONGD. Luche por la dignidad del otro 99’9999% de los animales y por la nuestra propia, que hemos perdido por abusar de la naturaleza de esta manera.
¡Vivan los animales!

Aire, Agua, Tierra, Fuego.


Parece que, tras ver las orejas al lobo, nos estamos poniendo en marcha lentamente. El Colegio de Médicos, y detrás se han sumado dentistas, veterinarios, y seguramente enfermería y farmaceúticos, quieren organizar charlas de concienciación ecológica para sus respectivos. Las titularemos como precede, con ponentes que hablarán sobre el respectivo elemento hipocrático (si sale más gente, cogeremos a los chinos, que tienen 5: aire, agua, fuego, madera y metal) y que tratarán de demostrar que, donde ponemos la zarpa, los hombres la cagamos, y tan sólo por practicar el arte de Onán con los recursos naturales, con el único fin de obtener de ellos placer y satisfacer nuestros superficiales caprichos, porque la excusa de la supervivencia hace tiempo que ha desaparecido.
Lo malo es que probablemente en un futuro cercano, el problema más gordo no seremos nosotros, sino "el resto del mundo".

martes, 6 de febrero de 2007

kinesiología


Hace una semana se celebró el curso de Kinesiología, que retomó la SEKMO tras la muerte en accidente de Gian Mario Esposito. Ha sido un gran éxito, del que me siento parte, aunque proporcionalmente he trabajado poco. Sin embargo, para el siguiente módulo hablaré sobre el mudra "B", que comprende bioquímica, alimentación, tóxicos ambientales... me costará prepararlo, es mucho más extenso, pero espero que guste también.

lunes, 5 de febrero de 2007

El Gran Silencio


Es el título de una peli que me fuí a ver con mi Mamá. El director tardó dos años en hacerla (le dejaron filmarla 16 años después de pedirlo) y retrata, sin concesiones a la galería, la vida de unos monjes benedictinos, que no tienen voto de silencio, pero casi. Aunque hay que estar muy motivado para ir a verla, es de una belleza especial (dura más de 3 horas, aviso).
En relación a este caso clínico, me viene a la memoria una misa en el Monasterio de Leire, que tuve ocasión de acudir durante una de las Javieradas(yo sólo), también sentimiento puro, con gregoriano incluído , y la misa del Monasterio de Suso, o San Millán de la la Cogolla (también con mi Mamá) en la que unos pocos hermanos administraban una otrora próspera comunidad, guardiana de las Glosas Emilianenses de Gonzalo de Berceo. Una misa poco menos que en un cuartico y a la carta, pero también sentida.
Es bonito, lo profundamente que viven la religión, la bondad, el amor...Dios... de lo que ya no se vé en el mundo real. En las ONGDs y poco más (evidentemente, no en el sentido asociativo sino en el de voluntariado personal, independientemente de la faceta desarrollada por cada cooperante).
En fin, nostalgias aparte, seguramente sólo ha sobrevivido lo bueno, seguramente en los tiempos de multitudinarias vocaciones habría algo de cal y algo de arena, como en todas partes.