viernes, 11 de mayo de 2007

Otras drogas menores


El dinero y el poder. Creo que no te descubro nada. Junto con ellos está el deseo, no el sexual, sino el de bienes materiales. La religión budista centra en el deseo todos los males del mundo, tienen una filosofía muy bien estructurada (no me la sé, claro). Su antídoto es el desapego a todo lo terrenal, a lo material, fomenta la espiritualidad. Si tienes el valor de practicarlo, proporciona una felicidad fuera de lo común. Yo me lo tengo que repetir todos los días, y de verdad, que como empresario tengo que guardarme de ello.
El Tao, el primer libro religioso que se conoce del mundo, dá un buen repaso al poder. Sigmun Freud basó toda su teoría psicoanalítica, la patología del subcosnciente, en un deseo sexual mal llevado, aunque uno de sus discípulos afinó más, no sé si Adler o Jung, y lo definieron como el ansia de poder en sus múltiples manifestaciones, el sexo una más de ellas.
Actualmente el Tibet sufre un cuasi genocidio poco conocido, por la ocupación militar de China. El Dali Lama y los pocos monjes que quedaron viven exilados en India.


La vida fácil sin complicaciones. Hoy en día nada se estropea, y si se estropea, se tira y se compra otro. "Con las cosas viejas no sabeis hacer otra cosa que tirarlas" (Buero Vallejo, Historia de una escalera, y refiriéndose a personas, no a cosas). No soportamos la mínima incomodidad, ni contratiempo. Las cosas tienen que ser perfectas. Todos los dentistas, y en especial los ortodoncistas, coinciden en que el aumento proporcional de precio que ha habido en sus tratamientos de 15 años a esta parte (aproximadamente el doble) no se debe a otra cosa que la exigencia de las madres a que su niño quede "perfecto". Leves apiñamientos que hace un tiempo se toleraban, hoy en día sin inadmisibles, y lo mismo con cualquier objeto de consumo, las medicinas... No se soportan los "efectos secundarios.
Reacciones habituales:
a) Echarles la culpa a los demás de nuestros problemas, pensar que la solución de los problemas depende de otros, no de nosotros. Los tontos, ante un problema, sólo buscan culpables; los listos, soluciones. Casi siempre formamos parte tanto del problema como de la solución.
b) Todo se organiza para que los vagos, ignorantes, insensatos… no sufran las consecuencias de sus actos. La sociedad sobreprotege. Todos sabemos lo que pasa cuando sobreprotegemos a nuestros hijos, los volvemos inútiles e imbéciles. Pues lo mismo la sociedad con los ciudadanos. Sin un niño es vago, y encima le aprueban el curso y no sufre las consecuencias de sus actos, aprende más deprisa a no trabajar y hacer el gamberro. Nadie, ni sus padres, le darán dos tortas, bajo pena de cárcel… (y no me invento nada, señores). Si tenemos más de lo que necesitamos, ¿para qúe esforzarnos?.

El hedonismo: el culto al cuerpo, la belleza, la apariencia externa, la imagen… (tanto de las personas como de las empresas) nada que ver con la belleza del corazón, la bondad… No me molesto en explicar esto, cógete cualquier revista, cualquier escaparate de cualquier tienda de productos para el cuerpo, ropa, farmacias... nada escapa a sus garras.
Como dentista podría hablar de imagen de franquicias de dentistas, en especial de Vitaldent pero por el momento, prefiero vivir tranquilo.
Un dentista inglés dijo una vez en público: "si quieres tener muchos empastes, vé a tu dentista cada 6 meses; Si quieres tener muchos, muchos empastes, cambia de dentista cada 6 meses". Con Vitaldent no hace falta cambiar, se las arreglan solos para inventarse empastes y provocar problemas para arreglarlos.

7º: todas las demás, con el sexo en vanguardia. Hoy en día el sexo está en todas partes, ha invadido nuestra privacidad. Con el sexo se vende todo, llevamos miles de años y sigue funcionando. Dónde está el límite de lo adecuado, nadie lo sabe. Como decía en una de las primeras entradas, es el único "vicio" que traemos de fábrica, y no puedo hablar sobre él, que cada cual se las apañe.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta lo de que los tontos buscan culpable y los listos, soluciones

Ana H.H. dijo...

Muy acertado todo lo que dices Peleón. ¡Qué tristeza!

Parece lógico pensar que deberíamos saber que "lo pasa cuando sobreprotegemos a nuestros hijos es que los volvemos inútiles e imbéciles". Pero no, los padres hemos decidido hacer un experimento científico. Resultado: generación ni-ni.

Saludos