viernes, 28 de diciembre de 2007

Carta al Heraldo de Aragón (sin la foto)

Mucho se ha hablado ya (y se hablará, estamos en el momento de hacerlo) sobre el macro proyecto de “Scala”. Líbreme Dios de pretender decir la última palabra, pero no puedo por menos que opinar sobre el mismo, dada su gran repercusión si se acomete.
a) Argumentos desfavorables:
1: Ahora, mismo, no hay nada. Ni bueno ni malo. Las ansias de ver prosperidad en tu tierra puede afectar a un muy pequeño porcentaje de población. Cierto es que el “pelotazo” puede resultar muy rentable para algunos (y no pienso sólo en políticos, sino en ciudadanos normales), en algún sitio tienen que caerse los millones, pero lo considero fútil. No necesitamos tal riqueza, tenemos mucha, uno de los grandes males de nuestra sociedad, es que somos demasiado ricos; ¿para qué queremos más?.
2º: Evidentemente, el origen de ese negocio es explotar una faceta viciosa del ser humano. Es legal, por supuesto, y no cabe otros argumentos. Decir que es mucho vicio y para muchos no es suficiente para negarla. Estoy apelando a la moral.
3º: el mundo alrededor de esa riqueza, de esa forma de negocio, es también malo. Que nadie se engañe, que mire a ejemplos, que los hay muchos, y detrás del juego, estarán la prostitución y las drogas. Si desenfrenadas o controladas ya es otro cantar, volveré sobre ese tema. También tenemos ejemplos de buena gestión de este negocio, no hay que ser negativo sin motivo. Tampoco sé quién está detrás de esto, si son gente maravillosa, cristiana practicante y consecuente, y un ejemplo de generosidad, (no como yo y como casi todo el mundo) sobra la mitad de este artículo.

b) Argumentos neutros:
1º: Como negocio, genial. No existe nada parecido en toda Europa, y el mercado potencial es amplísimo. Hay un gran sector de la población dispuesto a gastarse el dinero de su ocio (o de sus hijos, o de la herencia…) en esto, tal y como otros se lo gastan en coches, viajes… Si se hace bien, puede ser un foco turístico de primer orden.
2º: Los recursos naturales, en su justa medida, están para utilizarlos. No hay agua, pues se trae, lo importante es su adecuada gestión, gran parte de ella puede ser reutilizada para usos agrícolas. Que no hay energía, pues se toma, y allí tienen mucho sol, podrían potenciarse las renovables, aunque como en todo, el balance será medioambientalmente negativo. Producimos basura, desperdicios, contaminación, mierda… Mientras no cambiemos, no tenemos remedio, ojalá me equivoque, y lo hagamos por las buenas, porque si no, lo haremos por las malas o peores.
3: Ni el juego ni la prostitución ni las drogas son necesariamente malos. La sociedad tiene muchas drogas legales, que todos hemos aprendido a controlar, con sus correspondientes problemas (a veces mortales) para algunos Posiblemente el hachis está en el límite de lo tolerable, pero afortunadamente no crea delincuencia salvo la de su distribución. Y aunque no queramos verlos, recuerden que no sólo son los hijos de los demás los que se emborrachan los fines de semana, por no hablar de las “pastis”, de la “farlopa” o de otras lindezas.
4: También tenemos ejemplos del buen jugar, y no sólo al mus. Los casinos, las timbas entre amigos, la lotería, las quinielas, el bingo, las tragaperras… son formas mejores o peores, y como todo, a algunos les causan más daños que beneficios. Hacerlo a gran escala tan sólo es una modalidad más.
5: La prostitución puede llegar a ser una profesión tan digna como cualquier otra (aunque reconozco que esta afirmación puede ser la más extrema). Lo que verdaderamente causa daño es la marginación y la dependencia de mafias y chulos, no la prostitución en sí. Y no seamos pacatos, hoy en nuestra sociedad, el sexo es un negocio floreciente, lucrativo, fomentado y, cómo no, también motivo de disfrute individual y social El día que no existan los chistes verdes, posiblemente se habrá perdido una maravillosa faceta de la humanidad.
(Como decía Siddhartha o Buda, en el punto medio está la virtud)

c) Argumentos positivos o correctores
Reconozco no tener más fuerza que la mía y la de quien quiera sumarse a mis argumentos u otros nuevos en contra de este gran proyecto. Ni lo quiero, ni no necesitamos, ni creo que va a aportar otra cosa más que dinero, que podremos emplear como queramos. Por ello, y sólo en el caso de que se realice por fin, propongo:
1º: CONTROL. Es muy importante que las reglas del juego, valga la redundancia, sean claras. Casi seguro que si alguien va a hacer trampas, y gana un poquito, le romperán la nariz (y hasta me parece bien…), si gana mucho fraudulentamente no sé qué le harán; y es posible que haya también muertos, me remito a la historia. Tan sólo pido que si se desmanda, y como todo, si se ha hecho, que tengamos la posibilidad, la sociedad, de deshacerlo.
2º: SEGURIDAD: Sin embargo, no podemos ser cicateros. Si este proyecto se ejecuta, debemos protegerlo, a cambio de que, quien lo controle, se sienta arropado y no utilice su poder en contra nuestra. Quien sea, debe entender que “nosotros” le dejamos en paz, con tal de que él siga ciertas indicaciones legales, morales, de imagen pública, de formas de negocio, de contratación de personal… Como en toda empresa, aunque sea con mi enemigo, lo mejor que nos puede pasar es llevarnos bien y tener muy claro qué vamos a ganar cada uno, y ser honestos. Y si no va bien, pues saber las condiciones en las que me puedo retirar del negocio y cerrarlo. Por las buenas o por las malas. Si hay vicio, bien, pero que no suponga un cáncer para la sociedad.
3º: REINVERSIÓN. Dado que, repito, caso de realizarse, se generarán ingentes cantidades de dinero, procedente de impuestos y tasas, casi exijo que, la gran mayoría de ellos reviertan en cultura para nuestros jóvenes: música, teatro, literatura… Si nos dedicamos a enseñarles lo que mejor sabemos hacer, que es consumir y ensuciar, además de empobrecer el mundo provocaremos una acusada atrofia mental que les hará carne de cañón para alimentar más aún el vicio. No les faltaba cierta razón a los padres de la iglesia, diciendo que la masturbación secaba la médula. El exceso de placer, en cualquiera de sus formas (cualquiera de los vicios, los hoy expuestos o cualquiera que se le ocurra) atrofia la mente y realimenta las ansias de placer, e impide al individuo desarrollarse en su faceta humana.
En fin, como de costumbre, la polémica está servida. Espero que quien sea recapacite y procure evitar este proyecto. Ni hace falta ni lo considero adecuado para la sociedad que deseo.
Gracias.

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