miércoles, 8 de octubre de 2008

Vicios y virtudes


Para el que se consuele, sólo hace falta buscar el momento adecuado para cada vicio o virtud. También creo que se puede hacer un estudio por distribución geográfica, más fácil de aplicar. No es mío, es de un libro de frases célebres, en el que figuran los apartados de: amor/odio, hombre/mujer, vida/muerte, felicidad/desgracia, virtud/vicio, riqueza/pobreza, paz/guerra, miscelánea, y de los hombres y de las cosas. En el resto de los apartados hace unos comentarios que no me han merecido transcripción. Si alguien quiere un repertorio de algún tema, o de algún autor (tiene un listado, y he ido marcando las que más me han gustado) que deje el número de su tarjeta de crédito.

En la antigüedad clásica los hombres eran virtuosos en la medida en que contribuían al progreso social, al engrandecimiento de su pueblo. En cambio, los vicios personales como la gula, lujuria, pereza... eran irrelevantes mientras no causasen daño, dado que además, consideraban que, en el vicio se lleva la penitencia.
Durante la edad media, la virtud y los vicios seguían los dictados de la Iglesia de Roma de forma estricta, fué su época de esplendor. La simple excomunión, en gran medida, facultaba a cualquiera para matar o aniquilar al interfecto. Recordemos que, matar indios no bautizados no estaba mal visto. En cuando a la inquisición, nada que añadir.
En el renacimiento se consideraba como virtud la prudencia, entendida (
no lo entiendo bien pero eso pone) como sagacidad y astucia, muy cerca de la actual avaricia. Paralelamente, era muy importante el honor, osea, la apariencia intachable (no pone nada de vicios). La virginidad (al menos prematrimonial) era un bien superior a la propia vida. (me imagino les importaba a los hombres, las mujeres no contaban tanto).
En el s XVIII, coincidiendo con el romanticismo, la moral se relajó mucho, y las virtudes eran más aparentes que reales.

Y así, poco a poco, hasta hoy.

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