miércoles, 31 de diciembre de 2008

Realidad y ficción



Me ha pasado mi primo un link en el que se relatan crónicas populares de un reportero que, con dos bemoles, se patea Afganistán en busca del arca perdida. Es muy largo, pero un estudio superficial de sus escritos nos hace comprender por qué nunca ganaremos esta guerra, en la forma en que la planteamos. http://www.adn.es/blog/en_pie_de_guerra.

Y digo ganare-mos porque aunque no nos guste, para "ellos" todos los occidentales somos iguales. Lo de las dos españas, pero en dos mundos. Entre otras cosas, la mayoría de los iraquíes están convencidos de que, las bases militares y campamentos de ayuda humanitaria (no distinguen) están asentadas sobre yacimientos de recursos, y toda la actividad sobre ellas es para extraerlos y llevárnoslos. Evidentemente, es una falacia no sé si creada, pero si bien alimentada por los "malos", y que no nos preocupamos de desmentir con los hechos.

Mi solución, que como de costumbre, os gustará: que todos los occidentales nos pongamos de acuerdo (primer problema) deleguemos en un experto, que negocie con los malos hasta donde se pueda, acuerde algo (que seguro que no nos gustará, claro) y que a los que se queden fuera de ese acuerdo, entre todos (incluídos los españoles, o la UE) nos los cepillemos, y luego nos vayamos reparando razonablemente el daño causado y prometiendo ser buenos y respetar dichos acuerdos, aunque es casi seguro que ellos no lo van a hacer (son moros). Y, si sale bien, puede ser un ensayo para hacer lo mismo en Irak, aunque a un coste mucho mayor, claro, al que deberíamos contribuir todos. Nos guste o no, el problema es global, no vale esconderse.

A menudo, nos asombra las ganas de suicidarse que tienen estos pueblos, como por ejemplo, los palestinos de Gaza. Con o sin razón (tirios y troyanos 1, 2 y 3, septiembre 2006, pero no merece la pena releerlo, ya te lo sabes).

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