martes, 26 de abril de 2011

Mercurio (I)

Es un metal de llamados "pesados" en toxicología, junto con el plomo y cadmio, por su especial toxicidad, su especial persistencia en la cadena trófica, y su efecto acumulativo progresivo, sin prácticamente capacidad de eliminación. Los dentistas lo usamos desde hace más de 100 años, para los empastes negros, de plata, y la verdad, funciona genial, sabiendo correctamente la técnica. Siempre ha habido polémicas, siempre se ha insistido en su peligrosidad, de siempre ha sido el producto más tóxico que manejábamos, pero nunca ha habido voluntad ni clínica ni política de controlarlo. Han ayudado mucho poderosas empresas fabricantes de la amalgama, claro. Las tasas de absorción media que se manejaban (hasta 40 picogramos/día) se consideraban razonablemente seguras, y los empastes medios se supone estaban por debajo de esa tasa (no medían la absorción de la colocación y remoción, y durante muchos años, el 75% del tiempo de sillón de los dentistas americanos era cambiar empastes viejos de plata, que a los 5 años te los cambiaban si o si; desconozco la situación ahora, esas cifras son de hace 15 años). Sin embargo, hoy día, la acumulación de vertidos, las múltiples fuentes de absorción (fundamentalmente el pescado y marisco) hace que empiece a ser ya un problema, y grave, no sólo ya de salud, sino ecológico.
(continuará)

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