lunes, 2 de mayo de 2011

Mercurio (II)

Los empastes de plata liberan, como decía, mercurio metálico, que se absorbe. Pero tarde o temprano, ese mercurio acaba vertido, a la basura o al desagüe, no siendo posible su fijación o inmovilización, sufriendo una recirculación continua, una vez liberado de sus yacimientos naturales, al que vuelve muy lentamente. En el medio, las bacterias y animales (entre otros, yo) lo transforman en mercurio orgánico, más peligroso. Los depredadores (sólamente pescado y marisco) inducen una alta bioconcentración, especialmente en individuos viejos o grandes. El potencial catalítico del mercurio en las moléculas orgánicas es tremendo. Lo mejor que he encontrado sobre esto es un reciente informe muy bueno, aunque es muy extenso. Si te interesan los desastres que se han producido (los documentados) repásatelo, los 10.000 muertos en Irak (por el mercurio) no es el peor (me ciño al informe). Y como de costumbre, se suma al principio de precaución, y como de costumbre, por el momento ni puto caso. Hubo una conferencia mundial en Junio pasado, habrá otra en 2013, pero no espero avances significativos, el problema está demasiado atomizado y nadie tiene interés real en solucionarlo. Excepto, espero, tú y yo; ¿cómo? pues ya veremos. Por el momento, la única fórmula viable que conozco es la del decrecimiento entrópico. Ya se que escuece, pero será por las malas o por las peores.

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