jueves, 4 de agosto de 2016

SECRETOS A VOCES

Los ejemplos son demasiado abundantes. Todos, TODOS los correos, por ejemplo, de TODOS los abogados (de los implicados ni te cuento) del juicio del caso NOOS, incluso negociando entre ellos. Todos, TODOS los correos de la Hillary (en esta ocasión, jaleados por el Donald) todos los correos y llamadas de la Merckel, del Blair, de... 



Algunos se quedan afortunadamente en ámbitos de seguridad estatal, y tan sólo nos llegan ecos filtrados por, inevitablemente, alguno de sus empleados. No hablemos ya de los que han sido famosos, Snowden, Falciani... en estos casos, el fin ha justificado los medios, en contra también con las doctrinas jurídicas previas, de usar medios ilícitos para obtener pruebas.
Espero que los correos de los "malos" sean también objeto de vigilancia, pero estamos entrando en un paradigma complejo, al que deberemos acostumbrarnos.

La seguridad jurídica y personal se ha pulverizado, por lo que tendremos que aumentar la tolerancia y madurar. 
O la intolerancia, como el Trump.

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